Una flor que se abre

Etéreo

Imagen tomada de: https://pixabay.com/photos/flower-beautiful-bloom-blooming-729515/

Acercarse a él, era como si sufriera de pequeñas descargas eléctricas, no en el sentido literal, pero sí, cuando posaba sus yemas sobre mi piel, sentía esa rara sensación de quemazón y necesidad, como si quisiera cruzar el umbral de lo prohibido, pero a la vez seguir rodeada del domo del “hasta ahí”. Sin embargo, con el pasar de los días fue como si él tuviera un poder innato sobre mí, como si yo fuese la sangre para sus colmillos.

Cuando pactamos nuestro primer encuentro, en el interior del motel no sabíamos cómo actuar, ni cómo iniciar la partida, él se quedó mirándome allí, estaba tan nervioso como yo, después nos sentados a la orilla de la cama, esas conversaciones fluidas parecían una quimera, las palabras se estancaron en algún inhóspito lugar.

—¿Tienes miedo? —Preguntó con la voz temblorosa.

¿Cómo decirle que, aunque lo tuviera, quería…

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