Sam: Tras un Asesino

Huellas del Tiempo

Relato procedente: «El Hombre de Hielo«. Edad: 38 años.

Ciudad: Sacramento. Profesión: Policía.

Descripción física:

Cabello corto, negro y fácil de cuidar. Tengo la tez pálida y los labios finos, los ojos marrones de mirada intensa. Soy esbelto, algo fornido debido al ejercicio diario al que me someto para poder realizar las labores policiales con mayor soltura y siempre visto con vaqueros y una camiseta cualquiera, con deportivas o zapatos de vestir o el uniforme del trabajo.

Descripción de la personalidad:

Siempre dicen que soy un tipo recto, que sé hacer lo que mandan sin preguntar, leal y con moral, sí puedo añadir que soy alguien bastante serio, escondo algunas de mis emociones bajo las finas capas de mis palabras y no suelo decir lo que pienso, mis frases con cortas y calculadas, para mí, no hace falta saber demasiado, me gusta ir al grano en las conversaciones…

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Esto no es un poema…

Angela Dalmar

Esto no es un poema,
Soy yo,
Vestida de letras,
Soy yo con versos en el pelo,
Con zapatos de alma doliente,
La falda llena de lágrimas poéticas
Y una camisa de palabras que se dejaron atrás.

Te aconsejo no leerlo como si fuera un poema,
Leelo como lees humanos en la sala de espera,
Con latidos de corazón reconstruido,
Y esos llantos que se escuchan al hablar,
Con ese olor de pasado escrito en blanco,
Y tantas arrugas antiguas que se olvidaron con el tiempo.

Esto no es un poema,
Soy yo,
Llena de pasión,  de arte, de escritos,
Llena de tantas cosas que me quedan por decir,
Llena de ti, de ellos, de este mundo
Así que si esto no es un poema,
Esto soy yo y tu y todos ellos…

Un segundo, si llegaste aqui, significa que te gusta lo que escribo! Ayudame con algo, porfa!!! Comprame…

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Ataxia

Etéreo

Imagen tomada de: https://pixabay.com/photos/elephant-eye-eyelashes-skin-4077701/

Treinta y ocho años de matrimonio era como juntar costales de arena en pleno desierto, se podría impregnar como en una foto dentro de un cuadro y almacenarlo en los recovecos de la memoria, solo con buenos recuerdos. Si bien, tuvieron incidencias menores en el pasado, nada irrumpió la senda de la felicidad y de la arena movediza salieron victoriosos tirando de la misma soga.

Tres hijos muy exitosos viviendo por mojones del mundo, ¿qué más podrían pedir?, eran felices los dos con lo que perdieron y más aún por lo que ganaron con el transcurrir de los años, no se consideraban seres perfectos, pero sí podrían decir que hicieron perfecto el trabajo de padres.

Ambos estaban jubilados y vivían de la pensión, una buena posición, casa con piscina, hamacas y dos perros labradores que jugueteaban por el extenso patio, lo único que podría exacerbar a…

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RENOVADA ILUSIÓN

LA BANCARROTA DEL CIRCO

Ruido, vete que no te quiero
Empiezo a creer que llegarás de improviso
Nos escaparemos lejos de la tristeza
Oh¡ ya es primavera otra vez
Valiente el que desea sin límites
Antes de nada volaré hasta la cima más alta
Diéronme ganas de gritar
Avisan los ciclos que vuelvo a nacer

Intento no cometer el mismo acierto
Lato impaciente mientras te espero
Un día arribaré a la isla de mis sueños
Situaciones diversas que te posicionan en otra parte
Impulso instintivo, me dejo llevar
Óndeó la bandera de los muchos
Nidos de pájaros en mi cabeza

POEMA COLECTIVO ESCRITO POR VÍA TELEMÁTICA

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ISÓSCELES

libreoyente

IMG_1721

Cuando el geómetra sapientísimo llegó, él ya estaba allí. Enhiesto. Con los pies, a modo de base, apoyados con firmeza en el suelo. Su altura orgullosamente erguida, como tratando de conducirnos a las estrellas.

– Perdóneme, suelo ser puntual, pero cuando uno se mete en el mundo de los humanos el tráfico de las ciudades es francamente insoportable. Recuerda al mismísimo Infierno del Dante.

– No se preocupe. Soy isócrono – respondió.

Era una mañana en la que ya se olía la primavera. Un sol tibio acariciaba, sin llegar a calentar, pero a la sombra una brisecilla inicialmente agradable acababa dejándote frío.

– ¿Donde quiere sentarse? – inquirió amablemente el geómetra. ¿Sol o sombra?.

– Tampoco se preocupe. Soy isotermo – volvió a responder.

– Como prefiera. Y, ¿donde nos sentamos?. ¿En ese banquillo o sobre la hierba?.

Al pié de un viejo olmo, quizá hendido por un rayo…

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Miércoles de poesía: «Quiero»

Ana Centellas

Fuente: Pixabay

Quiero

Quiero que nunca se pierda
este olor que impregna mis manos,
a lejía y perfume barato.
Que solo tenga que limpiar
el rellano de la escalera,
pero jamás mi conciencia.
Quiero que nunca me olvide
de aquellas estrechas calles
que me vieron pasear.
Que los únicos olvidos
sean la lista de la compra
y jamás un corazón.
Quiero que mi única atadura
sea la cinta de mi pelo
o la goma del recreo.
Que nunca falte en mis días
el estribillo de una canción
de los ochenta.
Quiero que todo me cambie
sin dejar de ser yo misma,
auténtica, verdadera.
Que no me cambies por nada
igual que no te cambio yo,
ni por nadie.
Y quiero
convertirme en un reflejo
de lo que siempre he soñado,
hasta volverme ceniza,
lo mismo que mi cigarro.

Ana Centellas. Febrero 2021. Derechos registrados.

Safe Creative: Obra #2102267029355

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El coloquio de dos ancianos

Etéreo

Cuando inicié esto el 13 de julio de 2020, jamás imaginé que llegaría esta cifra, recuerdo haber dicho que iba a «probar que tal me iba», aquí estamos, creando cada tanto historias.

Rememorando un poco, así iniciamos, aquí va la historia.

—¿Cómo pasó? —Preguntó el más longevo.

El recién llegado se despertó del letargo y miró alicaído a la voz que le hablaba. Lo miró como estudiándolo, estaba en su silla de ruedas con el metal gastado, los asientos parecían cómodos aún.

—¡Malogrado el destino de cuervos y de las manos que dieron de comer! —Exclamó ante la fanfarria de la divina justicia el viejo recién llegado.

—¡No te alarmes! Que la fuerza de la costumbre te sosegará.

—Es inaceptable, ¿acaso aceptas los años de desvelo por la comodidad del abandono? Es como si estuvieses muerto, pero respirando un aire impío.

La enfermera vestida de uniforme llegaba despampanante, con la…

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