Mes: febrero 2022
El trayecto-Segunda parte
La última vez que reconocí el altima de Xavier, fue a unos dos kilómetros después de Manassas, cruzamos el entronque de la derecha, no recuerdo el número del exit, pero deben haber sido cinco minutos después del puente levadizo que conecta las venas principales de la autopista con ambos lados de la ciudad, dos vehículos desconocidos nos separaban.
El viejo ya se pone de mal humor, ha llamado al auxiliar para encargarle de atender a los clientes que aumentaron, como si se hubiera condensado la fluidez de las bombas de gasolina y por alguna razón, el servicio se hace tan lento que casi desaparece de la circulación del tiempo, o quizá sea éste el tiempo real. Mira como se adivina la preocupación en su cara?, el escaso pelo en su frente indú le hace ver desmejorado, lo mejor sería orillarnos del otro lado de las bombas, para llegado el tiempo…
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Anoche te soñé
Anoche te soñé.
Soñé que te colabas en mi cama, que revolvías mis sábanas para hacerte hueco entre mis piernas, entre mi libido, entre mis ganas.
Observé cómo te bebías de mí, cómo me masturbabas, cuando tus dedos eléctricos me daban vida y, al terminar, los saboreabas.
Sonreíamos a medias, a pachas, y me pedías que me enredase en ti; en tu cintura, en tu lengua y en tu garganta. Que gritase tu nombre en la soledad de la medianoche, en el ritmo caótico de tus embistes hasta el despuntar del alba temprana.
Sudor salado, chasquido, jadeo, espalda arqueada, un todo o nada. Cómo sentirte más y más cerca en cada estocada, una fusión de dos cuerpos luchando en vida, comiéndose el alma a dentelladas.
Anoche te soñé pero esta madrugada no estabas. Y juro que sentí tu locura hormigueando por mi piel, aún erizada, manchada por el recuerdo de…
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Zombie
Movimiento sangrante
de mis parpados cansados
de resistirme a lo inevitable
convertirme en sólo carne.
Una porción no pensante
lleno de trozos colgando
sin más belleza que la del horror
y que ya nada te puede hacer daño.
Esperando un tiro en la frente
o una espada que te corte la cabeza
otras cosas solo alargarían la agonía
y el vacío de los ojos.
Zombie
sin un lugar propio donde volver
un pensamiento que recordar
lo que se llama el día a día.
De soledades en soledad
Anuncio
mi invisibilidad
única
como un gran ridículo.
Fichaje
de la presión propia
de no ir ni quedarse
con un ser.
Viaje
sin correa de transmisión
ni datos
para la velocidad.
Amistades
como peces voladores
los ves pasar
pero ninguno se queda.
El relato del viernes: «Carnaval, te quiero»
Carnaval, te quiero
Me enamoré de ti durante un mes de febrero en el que la escarcha no solo cubría los campos durante la alborada, sino que también lo hacía en las áridas labranzas de mi corazón. No quise caer en antiguos estereotipos pasados de moda, así que no dejé que fuese ninguna flecha lanzada por algún incauto ángel la que prendiese la llama del amor que dormía con placidez en mi interior. Por eso, en febrero, nosotros seguimos sin celebrar San Valentín, como el resto de los mortales, porque siempre fuimos diferentes.
He dicho que me enamoré de ti, pero, quizá, no sea esa la mejor manera de expresarlo. Si he de ser sincera, lo cierto es que fuiste tú quien me fue enamorando, quien se atrevió a traspasar las altas murallas que rodeaban mi preciado castillo de princesa encantada y quien sembró en mis yermas campiñas…
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Varones Versos, la bitácora de Julio César
Letrologías Ediciones Digitales
Desde el norte del Perú, en la perla del Chira o novia del sol, Sullana. Un hijo de éstas soleadas tierras el licenciado Julio César Salvador Encalada más conocido en el universo literario como Salvatore Amauta nos comparte su inmensa poesía que canta sinfonías sirénicas entre contiendas mágicas de aleteos acuosos. Una inmensa maraña de sentimientos sin dimensiones, manifestados sus versos en cada rincón de lo conocido dónde solo es una la musa que inspira. Metáforas de atuendos estacionales que revela hermosura misteriosa. Sinfonía cósmica de danzas sensuales que evocan símbolos ancestrales que coronan su ninfa que brilla con las constelaciones pariendo exhortaciones. Versos de divina envergadura, letras celestes que nos llevan al mismísimo cielo, el Edén idealizado de los hombres.
Bievenid@s a la bitácora de Julio César
ALETEA EL BÚHO SOBRE LA SIRENA
Innecesario el brinco para despertar el alba inquieta
adherirse al rayo,
portando hoy vestimenta ligera,
para…
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El Trayecto
El tiempo es tan imposible como escribir, llevo más de una década buscando claves para descifrarlo y no hago más que agravar el sin sentido, garabateando sobre éstas hojas las líneas entrecortadas del contínuo estado deplorable en el que nos encontramos los hombres en razón del reloj. No se esfuerce por entender, es demasiado querer encontrar forma a las encorvadas líneas de la vida, es absurdo. Tanto esfuerzo en el análisis nos vuelve arácnidos los ojos, es que el tiempo es el mismo.
La casualidad lo hacen todo más complejo, aunque algunos dicen que las casualidades no existen, todo plan se ha puesto a prueba por digresiones que dilatan las posibilidades, de suerte que puedan ser viables para los optimistas como usted, pero que al cruce de otros laberintos nos llevan consigo, dejándonos aspirados del presente por un hoyo negro. No desespere, ya verá a lo que me…
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«Vida»
Vida
¿por qué me tratas así?
hazme un guiño
un poquito de suerte.
Vida
tu que me viste crecer
dime
¿me estás castigando?.
Vida
yo te he adorado
y tuve la ilusión puesta en ti
¿dónde nos perdimos?.
Vida
¿qué será de mi?
no me contestes ahora
déjame soñar y dormir.