Se ha cumplido un año de la guerra/invasión de Putin a Ucrania, un año de terrorismo y horror en un país masacrado por la barbarie de un demente. Así ha sido un año de guerra en Ucrania.
Antes de la invasión rusa, Ucrania ya tenía zonas ocupadas por Moscú desde 2014, como Crimea y parte del Donbás.
Entonces ya se cocía la invasión a todo un país que hoy se ve arrasado y con muchos de sus ciudadanos fuera de él. Entonces, pocos o ninguno podía imaginar la barbaridad que estaba por llegar y que a día de hoy no parece tener fin.
Fase previa. EE.UU. avisa de que Rusia prepara una invasión. Como un prólogo de lo que estaba por venir, Estados Unidos advirtió en diciembre de 2021 de que Rusia preparaba una invasión a su vecino. Las fotos de satélite mostraban concentraciones de vehículos y tropas en bases militares cercanas a la frontera.
Moscú la niega y presenta unas «líneas rojas» que incluyen la vuelta de la OTAN a sus posiciones del 97 y el cumplimiento de los Acuerdos de MInsk de 2014 entre el gobierno ucraniano y los secesionistas prorrusos de las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk. Moscú además insistía en que no iba a devolver Crimea (anexionada en 2014) a Ucrania.
El 21 de febrero, Rusia reconoció la independencia de ambas regiones y el 23 el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó la invasión por tierra, mar y aire, que comenzó en la madrugada del 24. Los objetivos declarados de Rusia eran la «desnazificación» y la «desmilitarización» de Ucrania.
24 de febrero – 3 de marzo. Rusia ataca Ucrania por tierra, mar y aire y consigue llegar a las puertas de Kiev en la primera semana de guerra. El ejercito ruso tomaba la ciudad, la guerra había comenzado y ya era imparable. Quedaba por delante un año de destrucción, un año en el que muchos de nosotros no dejaríamos de oir nombres de ciudades que hasta entonces no habíamos escuchado nunca o casi nunca y de las que poco o nada sabíamos hasta entonces.
23 de marzo – 6 de abril. Ucrania no se queda ni parada ni callada, contraataca y expulsa del norte del país a las tropas rusas, que se centran en la batalla por el Donbás tras fracasar en la toma de Kiev. Putin, que como muchos «expertos», estimaba una invasión rápida y sencilla, se llevaría su primer revés.
17 de mayo. Kiev anuncia la rendición de Mariúpol y Rusia logra unir el Donbás con la ocupada Crimea.
Se celebran unas elecciones manipuladas oficializar el Donbás como territorio ruso en las que no hay opción a rechazarlo. Rusia retrocede en Járkov.
3 de julio. Rusia anuncia el control total de Lugansk tras la caída de Lysychansk, la ciudad gemela de Severodonetsk.
Nombres de ciudades que aún hoy nos cuesta pronunciar llenaban nuestras pantallas. La locura de Putin estaba desatada. Atrás quedaba la guerra corta que algunos vaticinaban. Ucrania no se dejaría vencer tan facilmente como creían.
6 de septiembre – 1 de octubre. Ucrania lanza una contraofensiva relámpago a principios de septiembre y logra recuperar en apenas unos días prácticamente todo Járkov. El primer día de octubre reconquista Limán y se abre paso hacia Lugansk.
4 de octubre – 11 de noviembre. Kiev logra su mayor avance en el frente sur desde que empezó la guerra hasta que consigue recuperar la ciudad de Jersón. Putin recibía una nueva bofetada de una Ucrania infravalorada.
Llegaba el fin de año en un país que no tendría navidad y que se encontraba sin luz ni calefacción bajo unas temperaturas gélidas, y con ellas llegó 2023.
23 de febrero de 2023. Rusia sigue avanzando lentamente hacia Bajmut, escenario de la batalla más encarnizada, mientras intenta recuperar terreno en el noroeste del país.
Rusia celebra un año de guerra, un año de invasión a un país que dice ser suyo, con un Putin que saca pecho y dice que Rusia nunca será vencida a pesar de las continuas bofetadas que Zelenski le da ante el mundo entero.
¿Qué nos queda?. La inteligencia ucraniana ha señalado que la primavera y el principio del verano serán meses decisivos. Ambos contendientes preparan ofensivas, que según algunos observadores como la OTAN, ya estarían en marcha en torno a Vuhledar y Bajmut, en el Donbás.