El joven de nácar.

Cuentos, relatos, poemas y crónicas de chalo

Ventrílocuo y efímero ser

que en los días duerme y en las noches vuela.

Donde el techo es el límite.

Se divierte frente al computador y su celular

sus ojos se alumbran de iridiscencias cuando

ve alguna interacción cibernética.

Algún día me convertiré en una máquina

pregona con anhelo

deseando ser lo que ya es.

Cuando se aburre

relee los libros que tiene

encima de un viejo baúl.

Cuando los lee siempre encuentra algo nuevo

que se queda rebotando en su cabeza de nácar.

Escribe sobre universos paralelos

de civilizaciones imaginarias

porque él cree que todo lo escrito puede ser real en alguna parte.

La civilización de nácar

solía escribir entre archivos y archivos

una civilización cibernética en donde la tecnología era tal

que había comenzado a reproducirse

un mundo interconectado

que se reproduce a si mismo

millones de veces

rebosando el universo

donde la luz no llega.

¿Y qué…

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Café

Aura

Abrí los ojos algo aturdido. Respiré profundo al percibir el aroma a café recién hecho que llegaba desde la cocina hasta mi habitación. Sentí tal placer gustativo tan solo de pensar en su amargor intenso e imaginar una textura casi espesa y espumosa rozando mis labios, que hice el intento de salir de mi cama, aunque me contuve, ya que al mirar el despertador vi que eran las tres de la madrugada, y recordé que vivía solo.

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Entre las gotas del río

UNA LUZ MÁS

A mi madre

Hablan, agitan la voz
como pañuelo blanco,
cosido con pequeñas muecas,
olor a café,  y pasos de gatito.

No tengo que aguzar el oído ante las gotas,
solo mirarte cuando  hablas; 
reconocer tu transparencia, madre mía.

Tu voz suave se impregna,
 a la vez fuerte y acogedora, 
al escucharla uno se pregunta
de dónde viene tanta felicidad.

La viertes toda en la mañana,
y por la noche aún gotean
tus palabras en mis manos,
el alma las apara dulce,  canto…
para ungir la herida  del adiós.

Tienes el nombre de la victoria,
ese gran territorio 
donde no existe la orfandad.

Cuando estoy triste
cierro los ojos una vez por la mañana,
entre las demás gotas del río
 escucho, te escucho
madre, gota.


Texto e imagen: Beatriz Osornio Morales

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Historias

Asomarse al Abismo

Él me cuenta historias…

De soledad y amargo amar,

de melancolía y tristeza,

de románticos suicida y amantes desolados.

Nunca me ha contado

una historia de amor verdadero,

de felicidad y reciprocidad amorosa.

Me dice que no existen,

que Él al menos no conoce ninguna.

Sabe de traidores y traiciones,

de engaños y humillaciones,

sabe de pasiones que alteran los sentidos,

sabe de madrugadas culpables.

De orgasmos en camas ajenas,

sabe de besos prohibidos,

de amantes culpables.

Él conoce los nombres de los suicidas,

de los olvidados y los traicionados

de los que se han perdido.

Me cuenta historias de los versos a Ella escritos,

de la sangre carmesí adosando blancas paredes.

Él vio la tina llena de sangre tibia,

al cuerpo meciéndose del árbol,

contó las pastillas, las cicatrices,

cerró la llave del gas,

dibujo con tiza la silueta en la banqueta.

Él siempre me acompaña,

me susurra estas…

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Cuniculum

Pesquis poético

Camino por la cuerda floja, sin rumbo, sin sentido, sin una gota de esperanza
Avanzando por aquel túnel que cada vez se torna más oscura y sombría, avanzo cada vez más, pensando en encontrar la famosa luz al final del maldito túnel pero no, cada vez adentro a más y más oscuridad, no veo nada, me sofoco, me ahogo,me desespero,estoy tan perdida que no creo poder volverme a encontrar jamás…

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Camino sin señalizar — Jaime Molina

Rafalé Guadalmedina

Con el propósito de escudriñar trabajos de otros compañeros de sello, Alejandro Santiago, nuestro magnánimo editor, me invitó a leer Camino sin señalizar. Su autor, Jaime Molina, cuenta con varias novelas publicadas y reconocimientos destacados en certámenes literarios, en especial en el campo del relato. Con tales señas me planté en una de sus presentaciones, una de las más curiosas a las que he asistido. En el Paraninfo de la Facultad de Derecho, repleto de estudiantes de derecho, los personajes de la novela, tratando de recrear alguna escena contenida en la novela, se rebelaron contra el propio Jaime y los asistentes que allí nos congregábamos, una idea que siempre nos persigue a los que nos gusta pringarnos de tinta. Del evento me traje una copia firmada que he estado degustando entre cambios de pañales y arrumacos para la pequeña E.


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Lucifer

Asomarse al Abismo

Rebeldía semidivina,

aspiraste a ser Dios,

a invertir el orden establecido.

Eres la oscuridad que atenaza y asfixia,

la soledad que acompaña al patíbulo,

el ángel oscuro que se posa en mi hombro.

Eres lucero de la mañana…

El caído,

el enemigo,

el adversario,

el corruptor…

Hago mías tus demandas,

tus odios,

tu enemistad con lo divino.

Déjame ser el portador

del fuego que consume y purifica.

Acógeme bajo tu manto,

protégeme de quienes me desprecian.

Ayúdame a odiar a quienes me rodean

para así a tu lado incinerar el cielo…

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